Es inocultable la decepción y desilusión que se vive en la República Dominicana con las dos derrotas propinadas por Holanda, la primera victoria con marcador de 3-2 y la segunda 2-1 en 11 entradas en un partido no apto para cardiaco, eliminando en la primera ronda, a uno de los equipos que se perfilaba como favorito. Toda expectativa se había creado en torno a nuestro desempeño, tratándose del país mayor productor de peloteros detrás de Estados Unidos.
Holanda que sin contar con jugadores de renombre de Grandes Ligas, le constituye un logro histórico, pues ganarle a República Dominicana no estaba dentro de sus esperanzas y dominicana perder de Holanda, es una estocada mortal por ser una potencia en Béisbol, tanto así, que se le había vaticinado avanzar hasta las etapas finales del evento.
Los puntos luminosos fueron Ubaldo Jiménez y Pedro Martínez lanzando joyas monticulares, pero de nada valieron, debido a que los dominicanos estuvieron carentes de conectar un batazo productivo.
A continuación esbozaré parte de las razones que considero, por las que República Dominicana estuvo por debajo:
Holanda que sin contar con jugadores de renombre de Grandes Ligas, le constituye un logro histórico, pues ganarle a República Dominicana no estaba dentro de sus esperanzas y dominicana perder de Holanda, es una estocada mortal por ser una potencia en Béisbol, tanto así, que se le había vaticinado avanzar hasta las etapas finales del evento.
Los puntos luminosos fueron Ubaldo Jiménez y Pedro Martínez lanzando joyas monticulares, pero de nada valieron, debido a que los dominicanos estuvieron carentes de conectar un batazo productivo.
A continuación esbozaré parte de las razones que considero, por las que República Dominicana estuvo por debajo:
Casi todos los bateadores lucieron fuera de forma, faltó agresividad. En béisbol existe lo que es “ligar”, que es batear en el momento oportuno. Felipe Alou no creó situaciones de amenazas, no puso a sus corredores a robar bases, la falta de estrategia para fabricar carreras, falló la defensa, faltó motorizar la ofensiva, en resumidas cuentas, el bateo estuvo adormecido.
En tanto, el pitcheo dominicano hizo su trabajo permitió una carrera limpia en 29 entradas (0.31) con 37 ponches y 4 bases por bolas.
A pesar de todo, quitémonos el sombrero delante de aquellos que si tuvieron sentimiento patrio y decidieron ponerse el uniforme dominicano, ya que otros melaganariamente hicieron caso omiso al llamado de la patria, cuando se le requería de sus servicios.
En tanto, el pitcheo dominicano hizo su trabajo permitió una carrera limpia en 29 entradas (0.31) con 37 ponches y 4 bases por bolas.
A pesar de todo, quitémonos el sombrero delante de aquellos que si tuvieron sentimiento patrio y decidieron ponerse el uniforme dominicano, ya que otros melaganariamente hicieron caso omiso al llamado de la patria, cuando se le requería de sus servicios.
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